Después de Venecia el crucero pasó por Bari. Bari es una cuidad al sur de Italia que, aunque no es demasiado atractiva, es una importante ciudad portuaria.
El patrón de la ciudad, San Nicolás (San Nicola di Bari), está enterrado en la Basílica de San Nicolás desde 1087. El nombre Nicola es un nombre muy popular entre la gente de Bari, tanto que hasta nuestro guía se llamaba Nicola.
Al llegar al puerto de Bari subimos a nuestro autobús para ir a Alberobello. Nicola (el guía) era un hombrecillo muy alegre que cantaba y hacía de todo, hasta nos dio una receta en el viaje en bus.
Alberobello

Alberobello es una ciudad famosa por sus trulli, que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
Los trulli son unas curiosas casas con una cúpula en forma de cono, hechos con piedra caliza y sin ningún tipo de cemento. El nombre deriva del griego τρούλος (troúlos) que significa cúpula. En español se llaman trullo en singular y trullos en plural, en italiano son trullo y trulli.

La estructura estaba hecha de esta manera para poder deshacerla con sólo tirar de una de las piedras. La razón de los habitantes para tirar sus casas era la de no pagar impuestos. Cuando llegaban los recaudadores de impuestos del reino de Nápoles ellos tiraban las casas y así no les cobraban.
En Alberobello se puede visitar la iglesia de San Antonio de Padua, que está construida con el mismo diseño que el resto del pueblo. Fue construida entre los años 1926 y 1927 en un terreno donado por los ciudadanos.



De vuelta al puerto de Bari vimos muchos campos de cultivo. Esta zona de Italia también es famosa por sus árboles frutales y por las tiendas de vestidos de novia. Lo que no me gustó fue la suciedad alrededor de la carretara, había hasta neveras tiradas en el campo.

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