En Tokio nunca te puedes aburrir. Aquí siempre puedes encontrar algo que hacer y para muestra están los cafés temáticos. Entre estos cafés temáticos existen los cafés de animales, siendo los más famosos los cafés de gatos o cat cafés.
Los cat café se originaron en 1998 en Taiwán y llegaron a Japón en el 2004, convirtiendose en una atracción muy popular. No sólo hay cafés de gatos, ahora hay de conejos, de shiba inu, de búhos, de erizos, de mini cerdos, de serpientes… hay para todos los gustos.
Las restricciones de espacio y la prohibición de mascotas en muchas casas de Tokio hace especialmente difícil convivir con animales. Los amantes de los animales que no pueden tener uno visitan este tipo de cafés para poder pasar tiempo jugando y acariciando mascotas mientras toman algo. Se puede decir que visitar un cat café es algo terapéutico.
¿Cómo elegir un cat café?
En Tokio hay una treintena de cafés de gatos (o neko café) y elegir uno puede parecer difícil con tantas opciones. Para encontrar el café perfecto tienes que tener en cuenta los siguientes puntos:
1. Tipo de gatos
Algunos cat café sólo tienen gatos con pedigrí, otros tienen gatos recogidos de la calle que están en adopción, algunos sólo tienen gatos jóvenes y otros tienen gatos de todas las edades. Antes de visitar un cat café tienes que tener claro qué tipo de gatos buscas en el caso de que la raza sea algo importante para ti.
2. Precio
El precio de los cat café varía bastante y normalmente se cobra por cada media hora o por horas, aunque algunos te cobran cada 10 minutos. Dependiendo del café la hora puede costar entre 800 ¥ y 1300 ¥ y casi todos indican su tarifa horaria en su página web. Recuerda salir a la hora que te toca porque muchos no te avisan de la hora que es, a diferencia de los karaokes, y revisa cuidadosamente la cuenta antes de pagar.
3. Opiniones
Investiga siempre sobre las opiniones del lugar antes de ir. En Google Maps y TripAdvisor hay opiniones de los cat café de personas de distintos países, para que te hagas una idea de cómo es antes de ir. Busca en blogs, en foros de viaje o en la sección de noticias. ¿Los gatos se ven bien o extrañamente adormilados? ¿El lugar está limpio? ¿Los trabajadores son agradables? ¿Hablan inglés? ¿Tratan bien a los extranjeros?
4. Ética
No todos los cat café tratan bien a sus gatos. Hace unos años cerraron un café por negligencia, por eso recomiendo revisar las opiniones de los demás. La denuncia fue puesta por clientes que habían visto gatos enfermos y se descubrió que el café tenía demasiados gatos en un espacio muy pequeño. En el 2018 hubo un contagio de parvovirus felino entre los gatos del Cat Café Mocha que mató al 25% de las mascotas del café.
Otro asunto que tiene que ver con la ética de los cafés es el tema de las uñas. Hay cafés que compran gatos sin uñas y, aunque es una práctica legal en Japón, yo personalmente estoy en contra de arrancarle las uñas a un gato para que no arañe. Me parece totalmente innecesario hacerle eso a un animal y no visitaría un cat café que lo promueve.
Aunque Japón es un país relativamente seguro para los turistas en cuanto a estafas sobre los precios y dinero -digo «relativamente» porque las tarjetas de crédito y los bares de Roppongi son otra historia- muchas personas se quejan de los neko cafés. A mí no me ha pasado nunca pero siempre hay que estar atento a los precios, que no te cambien la tarifa y no te cobren extras que no te habían indicado antes.
Asakusa Nekoen
Después de investigar sobre cat cafés al final decidimos ir a Asakusa Nekoen. Elegimos este lugar principalmente porque sus gatos eran rescatados y las opiniones eran buenas. No es un cat café al uso, no es una cafetería, es un apartamento tokiota con gatos. Su dueña habla inglés perfectamente y rescata gatos callejeros, los lleva al veterinario, y los da en adopción.
Asakusa Nekoen está muy cerca del templo Sensō-ji y se encuentra en la sexta planta de un edificio estrecho de esquina. Subes en ascensor y apareces en la entrada del piso, no te puedes perder.
Como en todos los cat café aquí hay que seguir una serie de normas, al llegar tienes que quitarte los zapatos y ponerte calcetines, si no tienes los puedes comprar ahí, pero no puedes ir descalzo. Finalmente tienes que desinfectarte las manos y ya estarías listo para pasar a acariciar gatos. No puedes hacer fotos con flash ni molestar a los gatos, pero siempre habrá alguno con ganas de jugar.
Aquí hay gatos de todos los colores y edades. Algo que me llamó mucho la atención fueron las colas de algunos gatos, que eran cortas y retorcidas. La dueña del cat café nos contó que los gatos callejeros japoneses suelen tener la cola así.
Los gatos callejeros nipones son de una raza llamada bobtail japonés que existe en el país desde hace mil años, cuando llegó desde China. Son gatos de tamaño mediano y pueden ser de varios colores, pero lo que más destaca es su cola. En 1602 una plaga de ratas estaba destruyendo los campos de arroz y seda, por lo que se prohibió por ley tener bobtails como mascotas y se obligó a sus dueños a ponerlos en libertad para controlar la plaga. Esta es la razón por la que los gatos de raza pasaron a ser gatos callejeros.